Una excursión que ningún amigo de la naturaleza, la historia y el arte debería perderse es la que nos lleva, preferiblemente a pie, desde Samitier hasta el conjunto religioso-militar que forman la torre defensiva y la iglesia de los santos Emeterio y Celedonio.
El paseo desde Samitier, siguiendo la pista, es un auténtico deleite para la vista. Conviene hacerlo reposadamente, sin prisas, investigando la gran variedad de árboles, de arbustos y de toda clase de plantas que se asoman al camino. En primavera es un lujazo, aunque es preferible madrugar un poquito ( tampoco demasiado) y evitar el sol del mediodía.
A mitad de camino nos toparemos con la ermita de sta. Waldesca, que sorprende por su sencillez y encanto, tan minúscula y recatada. De obligada parada.
Si subimos con amigos y vamos conversando, seguro que la conversación se interrumpirá de vez en cuando para contemplar en silencio las imponentes vistas que nos ofrece el camino del embalse de Mediano, la comarca de La Fueva y la cordillera pirenaica con el macizo de Monte Perdido entre otras altas cumbres.
Conforme nos vamos acercando al final del camino podremos apreciar el conjunto religioso y militar formado por la torre defensiva y la iglesia de los santos Emeterio y Celedonio, que formaron parte de la frontera defensiva establecida por los aragoneses en el s. XI. El arte románico, la historia de la reconquista, la naturaleza nos envuelven en esa magnífica atalaya. Sentarse en la roca y contemplar todo lo que nos rodea es un gozo al que nadie debería renunciar.
Sólo un par de recomendaciones. Si nos acompañan niños en la excursión, vigiladlos especialmente al llegar a la Torre. El precipicio que se abre sobre el Entremón es un riesgo evidente para los más pequeños.
Enlaces: Samitier (Románico aragonés) ; Castillos de Samitier y Abizanda ( personales/A. Orte) .
El paseo desde Samitier, siguiendo la pista, es un auténtico deleite para la vista. Conviene hacerlo reposadamente, sin prisas, investigando la gran variedad de árboles, de arbustos y de toda clase de plantas que se asoman al camino. En primavera es un lujazo, aunque es preferible madrugar un poquito ( tampoco demasiado) y evitar el sol del mediodía.
A mitad de camino nos toparemos con la ermita de sta. Waldesca, que sorprende por su sencillez y encanto, tan minúscula y recatada. De obligada parada.
Si subimos con amigos y vamos conversando, seguro que la conversación se interrumpirá de vez en cuando para contemplar en silencio las imponentes vistas que nos ofrece el camino del embalse de Mediano, la comarca de La Fueva y la cordillera pirenaica con el macizo de Monte Perdido entre otras altas cumbres.
Conforme nos vamos acercando al final del camino podremos apreciar el conjunto religioso y militar formado por la torre defensiva y la iglesia de los santos Emeterio y Celedonio, que formaron parte de la frontera defensiva establecida por los aragoneses en el s. XI. El arte románico, la historia de la reconquista, la naturaleza nos envuelven en esa magnífica atalaya. Sentarse en la roca y contemplar todo lo que nos rodea es un gozo al que nadie debería renunciar.
Sólo un par de recomendaciones. Si nos acompañan niños en la excursión, vigiladlos especialmente al llegar a la Torre. El precipicio que se abre sobre el Entremón es un riesgo evidente para los más pequeños.
Enlaces: Samitier (Románico aragonés) ; Castillos de Samitier y Abizanda ( personales/A. Orte) .
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