Reciclar y consumir

Es bueno reciclar, nadie se atrevería a decir lo contrario, pero sería mejor todavía si lo complementáramos con unos hábitos diferentes de producción y consumo. Hay cosas difíciles de entender, como por ejemplo que los suplementos dominicales de la prensa vengan embalados en plástico; que en algunos hipermercados no te faciliten bolsas de plástico, pero te plastifiquen con film transparente todos y cada uno de los alimentos que venden ( da lo mismo que sea carne, judías verdes o plátanos); o que cuando compres cualquier producto tengas que romper, rasgar y quitar hasta tres o cuatro capas de materiales y envoltorios más o menos reciclables, pero innecesarios. En definitiva, que el reciclaje tal vez se este convirtiendo también en una industria en si misma a la que es necesario alimentar.
Dentro del saber popular hay un dicho que reza: No es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia. ¡Pues eso! Y tal vez fuera bueno que aprendiéramos a reciclar otros "materiales" más valiosos como nuestros propios criterios, nuestras ideas y pensamientos, y por qué no nuestras actitudes ante el mundo en el que vivimos.