El pasado sábado tuvimos la suerte de disfrutar del concierto que ofreció en el auditorio de Zaragoza la Czech National Symphony Orchestra dirigida por la espectacular, por su energía y nervio, Inma Shara. El público vibró con las bandas sonoras de El gatopardo, Lo que el viento se llevó, Memorias de África, Cantando bajo la lluvia, Verano del 42 y un largo etcétera de piezas por todos conocidas. El público no sólo vibró, sino que también aplaudió y se divirtió con el espectáculo, las bromas, y los "bailes" de los músicos y de la directora. Al final, público en pie, hubo aplausos y más aplausos, y dos bises como regalo a un auditorio entregado.
En los días posteriores no faltó algún crítico musical de un conocido periódico de nuestra ciudad al que nada le parecía bien, ni la profesionalidad de la Czech National Symphony Orchestra, ni el desenfado y la simpatía de Inma Shara, ni el programa de mano, en el que según este crítico por no aparecer no aparecía ni el nombre de los compositores de las obras. Tal vez en su programa no aparecerían, pero en el mío y en el del resto de los asistentes, sí. Tan sólo había que pasar las páginas y llegar a la explicación de cada obra.
Es posible que este crítico hubiera preferido la "seriedad" de otros directores y de otras orquesta. Pero por suerte, ni la música ni la ocasión se prestaban al aburrimiento. Por eso fue una suerte disfrutar de la compañía, profesionalidad y talento de Inma Shara y de la Czech National Symphony Orchestra.
En un buen número de ocasiones las críticas de los críticos de este medio escrito me sirven de mucho: ¡Cuando algo no les parece bien es que merece la pena!
Enlaces: Inma Shara .
En los días posteriores no faltó algún crítico musical de un conocido periódico de nuestra ciudad al que nada le parecía bien, ni la profesionalidad de la Czech National Symphony Orchestra, ni el desenfado y la simpatía de Inma Shara, ni el programa de mano, en el que según este crítico por no aparecer no aparecía ni el nombre de los compositores de las obras. Tal vez en su programa no aparecerían, pero en el mío y en el del resto de los asistentes, sí. Tan sólo había que pasar las páginas y llegar a la explicación de cada obra.
Es posible que este crítico hubiera preferido la "seriedad" de otros directores y de otras orquesta. Pero por suerte, ni la música ni la ocasión se prestaban al aburrimiento. Por eso fue una suerte disfrutar de la compañía, profesionalidad y talento de Inma Shara y de la Czech National Symphony Orchestra.
En un buen número de ocasiones las críticas de los críticos de este medio escrito me sirven de mucho: ¡Cuando algo no les parece bien es que merece la pena!
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