miércoles, 2 de abril de 2008

La borraza blanca


La borraza blanca tendida sobre la hierba fresca, bajo la sombra de la higuera, te invita a tumbarte sobre ella despreocupadamente y dejar discurrir el tiempo mirando al cielo en una agradable tarde de verano. A pocos metros, colgado junto a la puerta, un viejo carretel todavía lleno de vino. Junto a nosotros el botijo húmedo que huele a arcilla clara, blanca como la borraza.
De vez en cuando alargo mi mano, tomo el botijo y refresco la boca. Nunca consigo retirar el botijo sin derramar un poco de agua sobre mis labios y mi barbilla. No importa, en verano nunca importa, tan sólo hay que dejarla resbalar un poco más por el cuello y sentir como nos acaricia suavemente la piel.
La paz del verano, del tiempo sin obligaciones, de la ausencia de preocupaciones y del tiempo detenido. ¿ Hay algo mejor que una borraza blanca sobre la hierba fresca?

2 comentarios:

  1. También se puede dormir una buena siesta sobre la borraza blanca

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  2. Pues creo que no, ¡ya me gustaría estar ahora en el lugar y la situación que describes¡. Espero que sigas con este recién nacido blog. Yo ya lo he puesto en "favoritos". Besicos: Mapi

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