


Con esos elementos son capaces de organizar una exposición sorpresa al aire libre, sin horarios, y absolutamente impredecible. Impredecible en el espacio, pues no sabes dónde encontrarás la siguiente piedra decorada. Impredecible en el tiempo, ya que ignoras si la lluvia de la tarde o el rocío de la mañana borrarán su esfuerzo en las próximas horas. O si el sol de la primavera consentirá que otro fascinado paseante descubra tal vez pasado mañana tan fugaz estampa.
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